El Real Jardín Botánico (RJB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) se suma una nueva edición al movimiento social de solidaridad ‘La Hora del Planeta’ que organiza en nuestro país WWF España con el objetivo de concienciar a la sociedad en la defensa del medio ambiente, animando a la ciudadanía a apagar la luz el próximo sábado 23 de marzo entre las 20:30 y las 21:30 horas.
“Al hilo de este evento mundial, el Real Jardín Botánico quiere proyectar un mensaje de conciencia, responsabilidad ambiental y social, y sensibilización. Recordar a la sociedad que, si queremos conservar nuestro planeta, tenemos la necesidad de adoptar medidas frente a situaciones diarias como las emisiones contaminantes, un gasto desmesurado de energía o el uso de plásticos”, ha señalado la directora de este instituto del CSIC, María-Paz Martín, que ha recordado que el RJB-CSIC lleva más de una década apoyando la iniciativa de ‘La Hora del Planeta’.
Ante la amenaza del cambio global sobre su colección de plantas vivas, el RJB-CSIC continúa estudiando la vulnerabilidad de las especies que crecen en el Jardín, a partir de los escenarios climáticos y atmosféricos que contempla el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Una de las estrategias para enfrentar la amenaza, tal y como propone, puede ser adaptar la composición de las plantaciones actuales hacia una colección más sostenible.
El año 2023 evidencia la crisis climática que vive el planeta
2023 ha sido el año más cálido de la historia desde que se tienen registros. Este aumento de la temperatura global se ha traducido en fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones, olas de calor, e incendios devastadores, cada vez más frecuentes. Sobran evidencias de la crisis climática y en este contexto la Hora del Planeta brinda la oportunidad de demostrar tu preocupación por la degradación ambiental y la necesidad de actuar.
‘La Hora del Planeta’ es algo más que un símbolo global en defensa del medio ambiente y las personas. Nacía en Sidney en 2007 como un gesto simbólico para llamar la atención sobre el problema del cambio climático. Un sencillo gesto que consiste en apagar las luces de edificios y monumentos durante una hora.
Hoy en día, muchos años después, moviliza a millones de personas en casi 200 países un día al año. Este día, nos recuerda que la naturaleza es nuestro sistema de soporte vital, que nos brinda todo lo que necesitamos, desde el aire que respiramos hasta el agua que bebemos y los alimentos que comemos y que debemos defenderla ahora para salvaguardar la salud de nuestro planeta y, a su vez, nuestra propia salud y bienestar.
