Seis familias de angiospermas protagonizan el tomo XVI del proyecto ‘Flora de Mutis’ que editan España y Colombia

José Luis Fernández Alonso, investigador del Real Jardín Botánico-CSIC que coordina editorial y científicamente este proyecto por nuestro país, señala que con la publicación de este nuevo tomo se entra en su fase final. Son ya 40 los tomos editados y faltan 17 para ser completada

Madrid, 3 de julio de 2023

El proyecto ‘Flora de Mutis’ que llevan a cabo España y Colombia con el objetivo de divulgar el trabajo científico y botánico que se realizó durante la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada (1783-1816) acaba de publicar el tomo XVI de esta colección a través del Servicio de Publicaciones de la AECID. Seis familias de angiospermas protagonizan esta edición coordinada desde el Real Jardín Botánico-CSIC de Madrid y el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia.

En este tomo XVI, como explica José Luis Fernández Alonso, investigador del CSIC en el Real Jardín Botánico y editor científico de la obra, se publican “los dibujos de la Expedición correspondientes a las familias Anacardiáceas, Berberidáceas, Burseráceas, Menispermáceas, Picramniáceas y Winteráceas. De las seis mencionadas familias, en total fueron ilustrados 17 géneros y 26 especies, taxones que aparecen descritos en los tratamientos respectivos, que son obra de los botánicos colombianos Daniel J. Duarte-Rojas (Universidad Nacional de Colombia, familias Menispermaceae y Winteraceae), Nicolás Medina (Universidad de Maryland-College Park, Anacardiaceae, Burseraceae y Picramniaceae), María C. Martínez-Habibe (Universidad de Norte, Barranquilla, Colombia¸ Anacardiaceae y Burseraceae) y de la botánica peruana Rosa del C. Ortiz (Missouri Botanical Garden, Saint Louis,  Menispermaceae)”.

En la presentación del tomo José Luis Fernández Alonso resume que la familia mejor representada es la de las Anacardiáceas con 7 géneros y 10 especies ilustradas de los 15 géneros y 37 especies conocidas para la Flora de Colombia; familia de árboles muy conocidos como el mango, el caracolí, el marañón y el “ciruelo de tierra caliente”; también la del árbol tóxico conocido comochiraco” o “pedrohernández”.

Le sigue la familia del incienso, el caraño y el anime, las Burseráceas, con 2 géneros y 5 especies ilustradas, de los 6 géneros y 107 especies conocidas actualmente en Colombia. Continuando con lo comentado, “otra familia importante es la de los bejucos venenosos de la selva, el curare y la capitana, las Menispermáceas. De ella se ilustraron 5 géneros y 8 especies en los trabajos de la Expedición (se conocen 13 géneros y 59 especies en la flora colombiana). Hay que resaltar también que dos plantas de esta familia fueron propuestas por Mutis bajo el nuevo nombre Batschia y remitidas como primicia a Thumberg (discípulo de Linneo), quien las dio a conocer en Suecia en 1792, en tiempo de la Expedición”, añade el investigador del RJB-CSIC.

También figura la familia Berberidáceas, la del agracejo, los espinos y tachuelos de tierra fría, un solo género de frútices y arbolitos de flores áureas, propios del bosque altoandino. De las 31 especies de Berberis conocidas en Colombia, solo una fue ilustrada para esta flora.



Dos dibujos del tomo XVI. Arriba, “caracolí” Anacardium excelsum 
y sobre estas líneas, Abuta racemosa
Descargar imágenes pinchando sobre ellas. © Flora de Mutis

Finalmente, se muestran en este tomo las Winteráceas, una pequeña familia de arbolitos australes conocidos en Colombia como ají de árbol o canelo de páramo. Representa una rama muy primitiva (integrante del orden Canellales), dentro de las Angiospermas actuales. El género Drimys de los bosques altoandinos de Colombia es un testigo viviente de una flora de otros tiempos, hoy mayoritariamente extinta.

Cuarenta tomos publicados de un total de cincuenta y siete

José Luis Fernández Alonso, que junto al profesor Jaime Aguirre Ceballos de la Universidad Nacional de Colombia coordina esta ingente obra, recuerda que este tomo 16 es el número 40 en orden de aparición en esta flora histórica que consta de 57 tomos, cuya publicación podemos ya considerar que entra en su recta final”.

Y añade el científico del RJB-CSIC que, en el contenido del tomo se respeta el criterio abierto establecido en la presente etapa de la ‘Flora de Mutis’ según el cual, “se van publicando las familias que cuentan con sus textos o tratamientos finalizados, independientemente del lugar fijo que ocupaban en el plan original de la obra de la década de 1950, basado en la secuencia de órdenes y familias del sistema de Engler-Melchior vigente en aquella época, hoy obsoleto”.


Dibujo de “pedrohernández” (Toxicodendon striatum)
Pinchar sobre la imagen para descargar. © Flora de Mutis

La importancia de la edición digital

La edición actual en papel, en gran formato, cuenta solo con la publicación de un centenar de ejemplares, pero lo importante es que va acompañada de una edición digital, tal y como se acordó hace diez años, de tal forma que la colección completa, puede ser consultada por cualquier persona interesada a través de las bibliotecas digitales de Colombia y España vinculadas al proyecto.

José Luis Fernández Alonso apunta también la importancia de la permanente vinculación de jóvenes botánicos al proyecto de elaboración de tratamientos de la Flora porque “trabajando a menudo de la mano de expertos reconocidos en diferentes grupos de la flora neotropical, se ha constituido en una verdadera escuela de formación y de especialización de nuevos botánicos”.

“El esquema de trabajo de esta Flora obliga al principiante a ejercitarse no solo en los clásicos métodos de estudio de la taxonomía de herbario, laboratorio y biblioteca, sino que permite también el emotivo reencuentro con los diarios y manuscritos de la Expedición -ya publicados y llenos de preciosa información- y las visitas botánicas a aquellos mismos senderos recorridos hace ya 240 años por Mutis, Valenzuela y sus herbolarios, por las riberas del  río Gualí, los escarpes del Tequendama o los páramos de Bogotá, y otros tantos escenarios únicos del centro de Colombia”, indica el coordinador científico español.

La unión institucional de España y Colombia con el nexo de AECID

El importante legado material de la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada (1783-1816), desarrollada en territorios de las actuales repúblicas de Colombia y Ecuador bajo la dirección de José Celestino Mutis (1732-1808), fue trasladado en 1817 al Real Jardín Botánico de Madrid.

“Constituido principalmente por el herbario (cerca de 20.000 plantas secas), los manuscritos y más de 5.000 dibujos de calidad excepcional, y aunque se preservó con esmero, no pudo ser objeto en los años subsiguientes del estudio concienzudo y continuado que se hubiera esperado. Después de haberse cumplido ya la tarea que se presumía como más difícil, es decir la exploración del territorio, la elaboración de ilustraciones, la representación de detalladas diagnosis o anatomías y la preservación de una copiosa colección de pliegos disecados, se dejó de hacer la tarea en apariencia más fácil. Faltó la conclusión y ordenación de las descripciones y su agrupamiento con las láminas y pliegos o esqueletos -que habían servido de modelo para las ilustraciones-, para en últimas, poder conformar una flora descriptiva clásica según los cánones de la época. Una tarea sin duda nada fácil, dada la diversidad y rareza de esta flora y los limitados medios de los botánicos en la época”, indica José Luis Fernández.



Arriba, dibujo de canelo de páramo (Drimys granadensis)
y sobre estas líneas, espino de oro (Berberis glauca). Pinchar para descargar. © Flora de Mutis

Aunque hubo ya intentos de publicar la flora durante la segunda mitad del siglo XIX, fue solo hasta 1954 y en virtud a un acuerdo gubernamental binacional, cuando se publicó el tomo primero introductorio. Un año más tarde, en 1955, se publicaba el tomo 27 en el que se abordaban las Pasifloráceas y las Begoniáceas.  Y como reseña Fernández Alonso, “todo esto fue posible gracias a la temprana colaboración institucional entre el Real Jardín Botánico de Madrid y el Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia, como valedores y coordinadores de la parte científica. Por otra parte, los respectivos Institutos de Cooperación Iberoamericana de España ICI e Instituto Colombiano de Cultura Hispánica ICCH (que más adelante tendrían continuidad con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), como responsables de la parte técnica y administrativa, liderado la impresión y distribución de la obra publicada, han facilitado el avance ininterrumpido de este proyecto hasta nuestros días”.

“Cuando veamos publicado el último tomo de esta flora, el número 57, que llevará los índices actualizados de toda la obra, será un momento de gran satisfacción para todos, y en especial para este Real Jardín Botánico y para el Instituto de Ciencias de Bogotá, al poner en su justo lugar la preciosa información que Mutis y sus colaboradores recabaron a lo largo de una vida y que permaneció guardada tanto tiempo. Una flora que podemos cifrar hoy en cerca de 4.000 especies, si sumamos las plantas que constituyen el herbario, la carpoteca, las que fueron dibujadas o representadas en ectipas y las recogidas o citadas en los manuscritos. Sin duda, una muestra selecta y representativa de la riquísima flora colombo-ecuatoriana”, concluye José Luis Fernández Alonso.

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